¡Hola, buenos días!

Tengo dos rutas para ir a la universidad, en una hago trasbordo y en la otra no, pero el tiempo que tardo es prácticamente el mismo.

Por paradójico que parezca cuando estoy más perra suelo usar esa en la que hago trasbordo porque el primer autobús me pilla un poco más cerca de casa (poco) y el segundo me deja un poco más cerca de la facultad (poco).

Hoy me he levantado perruncia, así que podéis imaginar que ruta he cogido, y qué bien oye, en el segundo autobús me he encontrado con la conductora más feliz del mundo (o por lo menos de entre los conductores de autobús de Valencia), nada más abrir la puerta te saludaba con un efusivo ¡Hola, buenos días!, yo le he contestado con una sonrisa y un hola y me he sentado en el asiento más próximo a ella, no por nada, sino porque estaba libre, y mientras yo iba escuchando el mp4 oía como la mujer se ponía a cantar la música de la radio y a la vez hacía un intento de baile.

Parece una tontería, verdad? pero me ha puesto contenta, a cada persona que veía, aunque fuera de la calle le sonreía la mujer, y me ha hecho pensar en eso de "A veces, sonreír es la mejor forma de contribuir a cambiar el mundo".